Los dolores de la columna vertebral molestan de vez en cuando a cada uno de nosotros y son capaces de amargarnos las actividades corrientes de cada día. Muchas veces los provocamos nosotros, ¿cuántos de nosotros pasan todo el día encorvados delante del ordenador o llevan un bolso demasiado pesado? A continuación hablaremos sobre las malas costumbres más frecuentes que perjudican nuestra espalda.
Dormir sobre un colchón viejo
Un colchón de calidad aguanta de ocho a diez años, luego hace falta cambiarlo. Si nunca lo has hecho o duermes sobre un colchón de baja calidad, lo más probable será es que tu columna vertebral no recibe un cuidado adecuado y tarde o temprano te lo hará saber con un dolor desagradable de espalda. Prueba cambiar el colchón usado por uno nuevo y tu espalda te lo agradecerá. No debería ser ni muy duro ni muy blando. El cuerpo se sumerge literalmente en un colchón demasiado blando y no recibe suficiente apoyo.
La calidad del colchón tiene una relación directa con la calidad del sueño y por lo consiguiente con el estado de la columna vertebral. Un colchón adecuado en combinación con un buen somier divide perfectamente el peso corporal, copia su forma y proporciona un apoyo suficiente a la columna.
Bolso pesado
Si eres amante de bolsos voluminosos en los que te cabe hasta la compra del supermercado, tu espalda se empezará a quejar pronto. Un peso excesivo sobre un solo hombro provoca el desequilibrio del cuerpo y desviación de la columna vertebral, los cuales se manifestarán justamente con dolores de espalda. Por eso es mejor elegir entre bolsos más ligeros, los especialistas recomiendan que con todo el contenido no debería pesar más del 10 % del peso corporal del portador.
Tacones altos o pies planos
Los tacones altos o las cómodas bailarinas planas están muy de moda pero ni una de las opciones es adecuada para la salud de la espalda. Los tacones que superan los 4 centímetros no sólo sobrecargan la parte delantera del pié, si no que también las rodillas y la columna vertebral, ya que cambian el centro de gravedad de todo el tronco. Por desgracia, el opuesto absoluto tampoco aporta la solución. Las bailarinas planas o las chanclas veraniegas son un desastre para la bóveda plantar e influyen negativamente en el equilibrio corporal. Por eso lo ideal es llevar zapatos con tacones de hasta tres centímetros.
Pasar el día sentado
Mala noticia para los que tienen que pasar todo el día detrás de la mesa del trabajo – el estar sentado durante largos períodos de tiempo no es bueno para la salud, y es que la mayoría de nosotros no logra mantener una postura correcta delante del ordenador durante todo el día, por lo cual la debilitación de los músculos de la espalda es prácticamente inevitable. El estar sentado produce hasta el 50 % más de presión que el estar de pié. Si no te queda otra y tienes que pasar todo el día sentado, al menos intenta inclinarte hacia atrás a lo largo del día para conseguir un ángulo de 130 grados, también mantén la cabeza recta y no la eches hacia delante al trabajar con el ordenador.
Lo más conveniente sería hacer pausas cortas regularmente y aprovecharlas para unos ejercicios simples, por ejemplo estirar la espalda inclinándose hacia delante y hacia atrás con los brazos rectos y formando con el cuerpo el número ocho de un lado al otro. Los movimientos deberían ser lentos y continuos y al principio en poca cantidad.
Emociones negativas
El dolor de espalda puede ser también de naturaleza psicológica. Los científicos averiguaron que las personas que saben perdonar, experimentan menos disgustos, menos sensaciones de depresión y enfado y también sufren menos dolores físicos. Las emociones negativas, estrés y tensión muscular pueden afectar directamente la fuerza del dolor. Así que la furia puede ser mala no sólo por la parte psíquica, si no que también por la física y muchas veces se manifiesta justamente con el dolor de espalda.
Falta de actividad física
Un empleo sedentario y la falta de movimiento se pueden manifestar con dolores crónicos de espalda y cervicales. Los músculos rígidos y debilitados por falta de actividad física pertenecen entre las principales causas de los dolores de espalda y se pueden prevenir con un ejercicio regular. Para reforzar la musculación de la espalda es bueno concentrarse en los ejercicios que fortalecen los músculos alrededor de la columna vertebral, también vienen muy bien los ejercicios para tonificar el abdomen.
Alimentación inadecuada
A nadie le va sorprender el hecho de que los alimentos insaludables con gran valor calórico nos hacen engordar. El peso extra significa una carga extra para la espalda. Un peso excesivo alrededor de la cintura hace que sobresalga la pelvis hacia delante, lo cual crea una presión constante sobre la espalda. Las personas con sobrepeso que sufren dolores de espalda sentirán un gran alivio si adelgazan al menos entre el 5 y el 10 % de su peso corporal.
Estrés
Si nos estresamos, también se estresa nuestro cuerpo, incluidos los músculos alrededor del cuello y la columna vertebral que se contraen y aprietan. Si nos seguimos estresando, estos músculos contraídos no tendrán oportunidad para descansar, lo cual se manifestará con dolores. Existe un montón de formas demostradas de cómo reducir el estrés, puedes probar el ejercicio, meditación o baños aromáticos calientes. Según los médicos la mejor manera de quitarse el estrés es con una actividad deportiva adecuada y relajación.