Consejos para evitar caer enfermo y estar sano

14 consejos para evitar caer enfermo

El estilo de vida que llevamos hoy en día es un tanto ajetreado. Precisamente por eso te vendrán bien estos consejos para evitar ponerte mala y tener que dejar tu rutina.

Tanto si tienes hijos, como si estás tan ocupada como para poder enfermar, tener cierto nivel de prevención te puede salvar más de una vez. En esta lista están los hábitos más comunes de la vida diaria que te podrían provocar infecciones o incluso algo peor.

Cómo evitar ponerte enferma con estas ideas

Por supuesto tampoco es que tengas que seguir los consejos a rajatabla, pero desde luego si aplicas algunos de ellos vas a reducir muchísimo las posibilidades. Lo mejor es que intentes adaptar los que encajen con tu rutina.

Bebe agua temprano

Hay muchas teorías acerca de esto, pero la verdad es que tomar un vaso de agua (o dos si puedes) nada más levantarte tiene ciertos beneficios.

Comer no es demasiado bueno hasta al menos una hora después de levantarte, pero el agua lo que hará será ayudarte a limpiar todo lo que quede del día anterior circulando por el cuerpo, además de darle un empujón al metabolismo y comenzar el día.

Esto ayuda de manera muy positiva a combatir el estrés, así que un beneficio indirecto.

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Lávate las manos siempre que puedas

Seguramente ya lo haces, pero una de las acciones más simples y que más enfermedades evita es el lavarte las manos cada vez que tengas un grifo a mano. Esto eliminará las bacterias que haya en ellas, y aunque toques algo que luego te lleves a la boca no tendrás problema.

¿Quién no se come una galleta de vez en cuando o se ha mordido las uñas? Si sueles tener grifos a mano pero no jabón, puedes llevar un botecito pequeño encima, y sino siempre puedes optar por gel desinfectante que hará lo mismo aunque no quite la suciedad.

Ten siempre un guante a mano

Esto sería una locura tratar de hacerlo siempre siempre, pero si estás en época de riesgo puede que no suene a tontería.

Si llevas un guante o lo tienes siempre a mano en un lugar estratégico, puedes usarlo para abrir puertas o tocar otras superficies (como baños públicos). Te sorprendería lo efectivo que es.

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Tómate las vitaminas

Los suplementos son algo bastante habitual hoy en día. Sobre todo para aquellas personas que por el ritmo de vida que llevamos no podemos consumir todo lo que necesitamos de los alimentos.

En estos casos lo mejor es echar mano de cápsulas o complejos vitamínicos que nos aporten lo que nos falta.

Tápate bien

Por supuesto, cuando hace frío una de las principales cosas que tienes que hacer es “taparte hasta las orejas”. Cuanto menos frío pase tu cuerpo mejor, pero tampoco exageres, o tu sistema inmune se relajará demasiado.

Ojo también con ir en bikini o bañador en verano a todas partes, pues puede pasar que acabes a la sombra, o te mojes un poco y cojas frío.

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Manda a tus compañeros de trabajo enfermos a casa

Todos sabemos lo que pasa si nos exponemos a personas enfermas. Muchas de las dolencias no lo son, pero otras pueden ser contagiosas, como el resfriado común o la gripe.

Siempre que puedas (o si eres el jefe), manda a tus compañeros a casa aunque haya que trabajar un poquito más. Así te asegurarás de no caer enferma por agentes externos.

Come alimentos con abundantes nutrientes

Evita las comidas basura y céntrate en aquellos alimentos que no se pasen con las calorías, pero que además te ayuden a aportar al cuerpo bastantes vitaminas y minerales.

Por ejemplo, es buena idea comer alimentos ricos en vitamina C en invierno, pues ayuda a prevenir el resfriado.

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Haz algo de ejercicio

Evita quedarte en el sofá, es lo peor que puedes hacer. Eso sí, no siempre te va a ser posible moverte un poco, sobre todo si te tiras el día haciendo cosas de aquí para allá, o si acabas destrozada.

De todas formas, siempre que puedas escápate a caminar, correr, o incluso apúntate dos o tres horas a la semana a un gimnasio. Tu cuerpo te lo agradecerá evitando que caigas enferma.

Créate una rutina

Hay varios estudios que han demostrado que tener una rutina ayuda a tu cuerpo a “coger la marcha”. Esto hace que tener horas para acostarte y levantarte, para las comidas, o incluso para ir al baño active el organismo fortaleciéndolo.

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Duerme un poco más

Está demostrado que no es bueno dormir 6 horas o menos. Precisamente por eso lo recomendable y lo que dicen los estudios es que para un buen descanso debes estar 7 horas en la cama.

Si eres de las que tiene problemas también puedes combatir el insomnio de forma natural o incluso acudir al doctor si es necesario. Lo que sea por tu sistema inmunológico.

Vacúnate

A pesar de que muchas veces es recomendable no hacerlo para que el cuerpo no se acostumbre (igual que con las pastillas), no siempre es así.

Puede darse la casualidad de que estés en una época de tu vida demasiado importante como para no tenerlo en cuenta. Una vacuna a tiempo evitará por ejemplo que cojas la gripe, y recuerda, a mitad del invierno aún no es tarde.

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Un buen desayuno a base de proteínas

Hay varios estudios que demuestran que una dieta rica en proteínas por la mañana es realmente beneficiosa para el sistema inmune.

Trata de evitar en la medida de lo posible grandes cantidades de hidratos, y deja que tu cuerpo se regule, ¡que te queda por delante todo el día!

No te olvides de la flora intestinal

Aunque sea algo que parece de anuncio de la tele, el kefir, y otros productos ricos en bífidus, como ciertos yogures o bebidas, te pueden echar un cable.

Una buena salud intestinal se traduce en una buena digestión y un sistema inmune más fuerte ante cualquier ataque.

Estate alerta

Por último, no te extralimites y escucha las señales de tu cuerpo. Si ves que el tiempo no acompaña y te empiezas a notar como al límite, echa el freno.

Si escuchas a tu cuerpo, sabrás cuando se está poniendo al límite. En estas situaciones lo que debes hacer es evaluar y luego tratar de encontrar una alternativa.

Aunque al principio te cueste un poco acostumbrarte, recuerda que el cerebro al final se adapta y lo hará de forma automática. Aunque los primeros días te tengas que forzar a beber, o incluso lavarte las manos, al final lo harás sin darte cuenta.

¿Estás demasiado ocupada para ponerte mala? ¿Qué trucos usas tú? Comenta y comparte con las demás.