No sólo los principiantes pero también la gente que lleva años yendo al gimnasio cometen los mismos errores. En el mejor de los casos el ejercicio se vuelve ineficaz y no sirve para el propósito con el que se hace y en el peor de los casos nos puede hacer daño y complicarnos bastante la vida. Hemos recapitulado los errores más comunes al hacer ejercicio para que puedas corregir tus hábitos y evitar los posibles problemas.
Mucha gente hace ejercicio por su cuenta pero también hay cantidad de personas que prefieren visitar un gimnasio. Las dos épocas más concurridas para los gimnasios son a principios del año nuevo y justo ahora en la época de la operación bikini. Justo en estas dos épocas mucha gente decide que debería empezar a hacer algo de ejercicio pero para que este esfuerzo perdure y de sus frutos en forma de los resultados deseados hace falta más que sólo tener fuerza de voluntad.
Da igual si quieres empezar con el deporte o ya eres un visitante regular de un gimnasio, hay ciertas cosas que deberías tener en cuenta.
1. Desconocer tu estado de salud – por parte tuya o por la de tu entrenador
Si no tienes mucha experiencia con el ejercicio y la última vez que tuviste una rutina de deporte fue en el colegio, no sería muy buena idea empezar una actividad así sin más sin pensarlo. «Si empiezas con el ejercicio por problemas de salud, por ejemplo para corregir el dolor de espalda, articulaciones u obesidad, o te sientes sano aunque hasta ahora no hayas realizado ninguna actividad, siempre es altamente recomendable consultar tu situación con tu médico o fisioterapeuta, ya que es posible que algunos ejercicios podrían empeorar todavía más tu estado de salud», dice la entrenadora profesional Raquel Sáez.
Es importante perder la vergüenza y comentarle a tu entrenador tu estado de salud y si no te es cómodo hablar sobre el tema en el mismo gimnasio, concierta una cita en privado sin testigos.
2. Ir por tu cuenta
El punto dos tiene relación con el punto uno y por muy sorprendente que pueda parecer no trata sólo sobre deportistas principiantes. «Muchos de mis clientes han aprendido estereotipos de ejercicios incorrectos o no saben muy bien cómo trabajar con las máquinas que hay en el gimnasio y no realizan los ejercicios de forma correcta.
Eso es una pena porque si no se hace bien, el ejercicio no sirve para mucho y en algunos casos pueden hasta ocasionar daños. No te fíes de la técnica «aprenderé observando», deja que los profesionales te aconsejemos y asesoremos y coge alguna sesión privada para aprender lo básico sobre lo cual podrás construir después. En el gimnasio suelo encontrarme con clientes fijos que todavía no controlan los ejercicios en las máquinas y así no aprovechan realmente su entrenamiento», añade Raquel.
3. Un comienzo demasiado rápido
Un comienzo a todo gas y una rendición igual de rápida – es el problemas más común de los «eternos principiantes» que en enero empiezan a hacer ejercicio con unas ganas increíbles y en febrero ya no te los cruzarás.
«Empezar de repente a hacer un montón de ejercicio cuando hasta ahora no has hecho nada puede ser una carga demasiado pesada para el organismo. Si ahora sin más te revientas tres o cuatro veces a la semana y encima empiezas con una dieta de reducción porque quieres adelgazar ya, tu cuerpo con total probabilidad no aguantará y el primer bacilo podrá contigo. Así tus esfuerzos caerán en picado y puedes empezar de nuevo y toparte otra vez con lo mismo», alerta Sáez y recomienda unir los esfuerzo con el uso de razón, el decir, empezar con ejercicios fáciles para mejorar la condición física y luego ir añadiendo poco a poco más dificultad.
4. Nada de preguntas
Otro de los problemas más comunes también está relacionado con la comunicación. «Los clientes rara vez preguntan cuando no tienen claro cómo realizar algún tipo de ejercicio o cómo deberían usar una máquina correctamente. Aprovecha que tienes profesionales a tu disposición y pregunta, elige un gimnasio donde puedas consultar a un entrenador gratuitamente y frecuenta un sitio donde te sientas bien y no tengas miedo de consultar», aconseja Raquel.
5. No mantener tu ritmo
Existe otra mala costumbre en los gimnasios y sesiones de grupo: «Está muy bien que tu entrenador o los compañeros del gimnasio intenten motivarte para que consigas un resultado mejor, pero no deberías perder la cabeza y pasarte», dice la entrenadora.
«Esfuérzate al máximo y dalo todo pero no como para no poder moverte en tres días. Mejor empieza con calma, conoce tus límites y con el tiempo puedes traspasarlos. En muchos casos un ejercicio concreto tiene varias formas de dificultad, no quieras empezar por la más complicada aunque veas que los de más la dominan, porque puede que ellos ya tengan tras de sí muchas horas de entrenamiento.
6. Falta de tiempo
Ya sea en el gimnasio o en casa, el deporte requiere cierta cantidad de tiempo y mucha gente no lo tiene en cuenta. «Para que el ejercicio surta efecto, hay que dedicarle tiempo, sobre todo cuando queremos llegar a nuestra meta, ya sea adelgazar, mejorar la condición física o ganar masa muscular. Piensa en el ejercicio como parte de tu rutina y búscale un hueco para que tengas suficiente tiempo para calentar, estirarte, preparar el cuerpo para la carga, entrenar y luego compensar haciendo estiramientos y relajación.
A menudo vemos llegar a los clientes al gimnasio que sin calentar empiezan a trabajar a saco, hacen unas repeticiones y se van sin siquiera estirar el cuerpo. Muchas veces se puede conseguir más con menos», comenta Raquel Sáez.
También depende mucho del tipo de ejercicio, por ejemplo hay que tener especial cuidado con los ejercicios por motivos de salud. Si tienes problemas con la espalda, músculos o articulaciones «oxidadas», ligamentos con falta de elasticidad, etc., es mucho más efectivo entrenar dos o tres veces al día durante un cuarto de hora. Con esto llegamos otra vez al principio, donde aconsejamos que si tienes alguna complicación médica deberías consultar con tu médico antes de empezar algún tipo de actividad deportiva para que te recomiende el ritmo correcto teniendo en cuenta tu estado de salud.
7. No pensar en el centro del cuerpo
«Trabajar con el centro del cuerpo, core, el sistema estabilizador», cada vez más a menudo escuchamos este tipo de términos como si fuera una especie de mantra. Podría parecer, como en otros muchos casos, que se trata de una tendencia que se irá igual de rápido que ha llegado y la sustituirá otra, sin embargo los profesionales afirman lo contrario: «Antes no se hablaba sobre ningún core pero la verdad es que no se trata de ninguna ola de moda, ya que ejercitar los músculos del centro del cuerpo es necesario en casi todas las clases de ejercicios para evitar hacernos daño, sobrecargar innecesariamente ciertas partes del cuerpo (por ejemplo la parte lumbar) y crearnos posibles problemas de salud.
Para poder trabajar estos músculos primero hace falta aprender a utilizarlos, con esto también podrá ayudarte tu entrenador y una vez que ya domines la técnica podrás seguir por tu cuenta.
8. Ropa y calzado inadecuado
A primera vista la cuestión de la ropa adecuada no tiene mucha relación con el deporte mismo, pero en realidad sí que la tiene, ya que durante el entrenamiento hay que mantener los músculos calientes, así que los tops cortísimos y ajustados no son la mejor opción, por lo menos no durante el calentamiento y después del ejercicio. Un calzado adecuado e otro capítulo aparte y su elección no se debería tomar a la ligera.
9. Falta de consideración
Otro punto que puede parecer no tener mucho que ver con el ejercicio, pero la verdad es puede influir bastante. Si todos tenemos cierto grado de consideración, la experiencia será más agradable, por tanto nos sentiremos mejor y rendiremos más. Qué menos que cuidar de nuestra higiene personal, de nuestra ropa, no entrar con zapatos embarrados, usar toalla y mantener el entorno limpio.
10. Ejercicio monótono
Este error muy común tiene relación con las ganas de obtener resultados rápidos sin tener en cuenta nuestra salud. Aunque la popularidad de los ejercicios compensatorios más «lentos» crece, mucha gente sigue pensando que si no sale del gimnasio chorreando de sudor no lo ha hecho bien. «Si haces un ejercicio intenso más de dos veces por semana, deberías incluir en tu plan también otras actividades más tranquilas que te ayudarán a estirar bien el cuerpo. Tus actividades deportivas deberían ser variadas, ya que así será más difícil que te aburras y lo dejes y la combinación de distintos tipo de entrenamiento te garantizará el trabajo de todo el cuerpo», recomienda Raquel.
¿Estás pensando empezar con alguna actividad deportiva? ¿Qué tipo ejercicio haces tú?