No cabe ninguna duda de que la luz tiene una influencia importante en nuestro organismo. La luz representa a una de las condiciones básicas para la existencia de las células.
El sol es imprescindible para la vida de las plantas y de los animales. Influye en muchos procesos fisiológicos en la piel y en todo el organismo. En el espectro de la radiación solar que llega hasta la superficie de la Tierra se encuentran los rayos UVB, UVA y UVC. Los rayos UVC deberían ser filtrados en la estratosfera por la capa de ozono. El riesgo de aumento de su cantidad crece y está directamente enlazado con la atenuación de la capa de ozono.
Cuánto más tiempo está la piel expuesta a estos rayos, más crece el riesgo de que resulte dañada. El daño puede ser instantáneo (nos podemos quemar), pero también puede que se note después de años de exposición larga y repetida a los rayos. Luego se trata sobre todo de la cara, manos, antebrazos y, en mujeres que suelen llevar minifaldas, extremidades inferiores.
Sin embargo, si hay poca luz (p.e. en invierno), se puede suministrar al organismo artificialmente. Fototerapia, light therapy, fotonyx, terapia de luz, tratamiento de luz, tratamiento de luz polarizada, lámpara bioptrónica, PILER light, fototerapia con lámpara bioestimulante o simplemente biolámpara son nombres por los que se conoce a esta forma de suministrar luz a nuestro cuerpo. Son maneras de llamar la utilización de la luz polarizada, la cual es la fuente más natural de la energía vivificante, para tratamientos preventivos y curativos en un organismo vivo.
El sol como médico
Ya los antiguos griegos eran conscientes de la gran importancia de la luz para la salud y por eso construían balnearios, donde aparte del agua, aprovechaban los efectos beneficios de los rayos solares. Hace generaciones que se usa un refrán muy acertado: A dónde no va el sol, ahí va el médico.
La vitamina D, llamada la vitamina del sol, es imprescindible para la salud de las personas y porque no somos capaces de ingerirla con la alimentación, tenemos que absorberlo de la luz del sol.
La terapia de la luz
Por su capacidad única de activar naturalmente el potencial autocurativo del organismo humano es hoy en día un método medicinal muy aprobado. Muchos estudios profesionales demostraron que una aplicación de la luz polarizada correcta y hecha a tiempo es capaz de reducir el consumo total de medicamentos en pacientes con enfermedades crónicas y críticas, y así moderar los efectos segundarios no deseados de los preparados químicos y por tanto evitar el peligro de creación de dependencia en ellos. La terapia de la luz reduce la carga del organismo y fortalece todo el sistema inmunológico.
Láser y biolámpara
La palabra láser es una abreviatura de un término inglés Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation (Aumento de luz a través de emisión de radiación estimulada). Los láseres, que son uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX, se dividen en la medicina según el rendimiento del rayo de la luz en no invasivo (bioestimulante) e invasivo (quirúrgico).
El momento decisivo en la expansión de la terapia de la luz fuera de las consultas médicas fueron los resultados de los experimentos laboratorios con el rayo láser bioestimulante. Éstos demostraron que la capacidad curativa de la luz se ve influida esencialmente por la medida de su polarización, la cual por sí misma no representa ningún riesgo para la salud de la gente.
El resultado ha sido una fuente más simple, más barata y terapéuticamente eficaz de luz polarizada, comercialmente llamado biolámpara.
La utilizan en salones cosméticos pero se puede usar también en casa. Tiene el espectro de todos los colores y suelta luz policromada, es decir, luz de más colores sin la parte ultravioleta. La lámpara tiene los efectos curativos gracias a la polarización de la luz a través de espejos polarizadores. La fuente de esta luz es una bombilla de halógeno. Se emplea sobre todo en los meses de invierno para mejorar el estado de ánimo, curar depresiones, etc.